Cosas de relación
Historia escrita por: Jhonny Salvador Ayala Herrera
Bonita se presentó la noche. Después de una buena cena con vino, Clara me acompañó a mi piso.
Llevábamos un mes teniendo sexo, pero nunca la había visto con la pasión de aquel día. Ya en el ascensor, empezó a frotar su pantalón con el mío por la zona genital. Podría decir que hasta entonces el sexo con ella era algo aburrido; siempre igual y ella con un papel más pasivo de lo deseable por mí, pero bueno, con ella tenía sexo fácil que era lo que a mí realmente me importaba.
No esperó llegar a mi cuarto para meterme la mano en el pantalón, mientras acariciábamos nuestras lenguas con pasión. Ella no tenía más de 19 años. Estudiaba psicología y me encantaban sus firmes pechos y su bonita cara de ojos marron.
Entonces, Clara se desnudó y me quito la ropa a mí en tiempo récord; parecía loca. He de reconocer que ante tal situación intentaba seguirla, pues los acontecimientos sucedían tan rápido que estaba más pendiente de ver lo que hacia ella de hacer algo yo.
Cuando me tuvo desnudo y en la cama, y después de lamerme labios y mordisquearme una oreja empezó a chuparme el pene como jamás me lo habían hecho. Lo hacía con fuerza utilizando lengua y labios, mientras me clavaba suavemente sus dientes en mi glande lo que me producía gran placer. Mientras estaba yo a punto de terminar, noté que ella, con gran violencia, frotaba y golpeaba su húmedo clítoris sobre mi rodilla al tiempo que en la vulva 3 dedos se metía. Rápidamente me corrí en su boca, demasiado rápido pensé, ya que estaba realmente disfrutando muchísimo de cómo me la chupaba. A pesar de correrme, siguió chupándome el pene comiéndose todo mi semen.
Cuando ella parecía más caliente y mi pene enpezaba a ponerse ya algo flácido(aguado), ella sacó de su bolso un polvo blanco que me puso encima de mi pene. Ese polvo era cocaína; y acto seguido, y con la mano llena de polvo blanco, empezó a masturbarme con fuerza.
Rápidamente, por efecto de la cocaína, se me puso mucho más dura que antes. Entonces ella, me ató a la cama e hizo comerme una pastilla de viagra.
Enseguida la erección fue muy, muy intensa. Entones Clara me dijo:
- Con la pastilla de viagra y la cocaína que te he puesto, por lo menos, estarás toda la noche empalmado (pene parado), y eso es lo que les pasa a los cabrones que me ponen los cuernos.
Entonces, Clara se puso la ropa y se fue sin decir nada más.
Yo, evidentemente, estuve toda la noche y parte del día siguiente empalmado (pene parado) sin poder terminar a pesar de mis intentos de masturbarme.
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